Carta a Silvio Rodríguez: Travesía Trova-Patria
Ciro Benemelis
11 Septiembre 2011
Hermano Silvio:
Hace un tiempo alguien me dijo “la historia de Cuba, casi se puede contar a través de la historia de la música cubana.” Te confieso que de momento aquella afirmación me pareció exagerada pero luego, meditando, recordé lo que mí padre y mis tíos me habían enseñado y que sumé a mis experiencias también por cuenta propia.
Recordé que los géneros de la música cubana casi en su totalidad, tienen una historia muy unida a la identidad y nacionalidad de los cubanos, pero me di cuenta que la cancionística, y en especial la trova, de todos los tiempos, tiene una gran significación y que un gran porcentaje de la obra de los trovadores estaba dedicada a la patria y sus luchas, a la soberanía, a los héroes y a nuestras guerras de independencia.
A finales de la guerra del 95, Pepe Sánchez compuso una obra que tituló “Cuba Libre” la que terminaba con la frase “patria o muerte” como una premonición de lo que muchos años después Fidel convertiría en el grito de guerra de todo un pueblo.
Pepe Sánchez también escribió “Himno a Maceo” y el compositor guantanamero José Sabin compuso a principios del siglo XX “Maceo y Martí” que todos conocemos como “En opuestas regiones”.
En 1851 se estrenó “La Bayamesa” de Céspedes y Fornaris que se convirtió en un canto de amor y lucha y luego Sindo Garay compuso “Mujer Bayamesa” que relata con aguda belleza la valentía de la mujer cubana con aquello de “pero si siente de la patria el grito, todo lo deja, todo lo quema, ese es su lema, su religión”.
El santiaguero Ramón Ivonet, que llegó a obtener los grados de teniente coronel y fue el abanderado de Antonio Maceo en la invasión a occidente era un excelente trovador.
Doriteo Arango director de la banda de música que acompañaba a Maceo ejecutó el Himno Invasor de Loynaz del Castillo que inicialmente se llamaba Himno a Maceo y este pidió que le pusieran Himno Invasor. Luego en 1903, el también santiaguero y uno de los grandes de la trova, Alberto Villalón, le pondría música a “Martí” con letra de Francisco Eligio y luego compondría “La Palma”, dedicada a Máximo Gómez y cuando este murió hizo otra composición que le llamó” La Palma Herida”.
En fecha tan temprana como 1918 Rosendo Ruiz escribiría el himno “Redención”, en que por primera vez, se mencionaba la palabra socialismo en homenaje a la revolución rusa y que se estrenó un 1ro de mayo…
En 1926 Sindo Garay compuso “El huracán y la palma” y todos sabemos que la palma es una de las identidades más simbólicas de la patria que el huracán no podía derribar. En la década del 40 del pasado siglo Salvador Adams realizó su obra “Altiva es la Palma “como un homenaje precisamente a la altivez de Cuba.
La lista sería, para orgullo nuestro, interminable y refleja la actitud consecuente con la patria y sus luchas de los músicos y especialmente de los trovadores cubanos.
Al triunfo de la revolución aparecieron los nuevos trovadores, herederos de aquel movimiento que hoy llaman Trova Tradicional.
Por razones familiares, que tu bien conoces, desde mi infancia me moví entre trovadores, de los cuales aprendí la mayoría de los temas que cantaba en los actos cívicos de mi escuela pública, todos los viernes, donde con pupitres ruinosos y pizarras de cualquier color, sacrificados profesores y profesoras, nos enseñaban ante todo a amar la tierra que nos vio nacer y a no traicionarla nunca y allí aprendimos de los mambises y de otros próceres que siempre defendieron la identidad y la nacionalidad cubanas con sus errores y aciertos y sin concesiones anexionistas para los que nos veían como “la fruta madura”.
Los de mi generación, si son honestos, saben de lo que escribo. Vino el triunfo revolucionario en 1959 y otros trovadores tomaron la bandera y continuaron la tradición de cantarle a la mujer, a los amores familiares y a la patria nueva, soberana y libre. Esos trovadores también fueron y siguen siendo contestatarios y rebeldes contra lo mal hecho, nuestras insuficiencias, errores, intolerancias y burocratismo. Silvio con “Resumen de noticias”, Pablo con “Pobre del cantor, Noel con “Comienzo el día”, Vicente con “Créeme” y Carlos Varela, Gerardo Alfonso, Frank Delgado, Santiago Feliú y muchos otros que vinieron después y siguen llegando, nos dieron y nos dan, una lección de patriotismo y dignidad que enaltecen nuestro orgullo de ser cubanos.
Desde sus obras, también se puede relatar la historia de esa etapa de Cuba; lástima que algunos hayan perdido la memoria y hagan tabla rasa de lo alcanzado y vivido. Los viejos trovadores y también los nuevos no lo admitirán.
Ahora, en los nuevos tiempos, aparece entonces un personaje hosco y lóbrego llamado Carlos Alberto Montaner a querer dar clases de historia y conciliaciones políticas en las que falsea aspectos de las guerras del 68 y 95, cuenta a su manera la historia de la republica secuestrada en 1902, pasando por los “buenos y conciliadores machadistas”. Por ese camino llegará seguro a Batista y sus bondades.
Con ese señor, que según algunos aspira a ser Presidente de Cuba cuando caiga la revolución es un terrorista confeso, no hay nada que hablar o dialogar. Hay muchos cubanos honestos en los E.U.A y otras latitudes con los cuales si valdría hablar y reconciliarnos.
No fuimos nosotros quienes entronizamos el odio, la violencia, nunca fuimos a Estados Unidos a agredir, a asesinar inocentes, ni a preparar atentados a aviones de civiles, no se puede hablar de nuestros defectos cuando no se es capaz de denunciar a Posada Carriles y sus crímenes evidentes y confesos o abogar por la libertad de lo que están injustamente presos por luchar contra el terrorismo que tanta sangre ha costado a nuestro noble pueblo.
Los tiempos cambiaron un poco o a lo mejor mucho, pero nuestra utopía siguió en pie y la preferimos al servilismo y la entrega a nuestros enemigos.
En nombre de esa utopía cometimos muchos errores y hasta injusticias. Personajes que hoy no están hicieron de la doble moral un modo de vivir y actuar y de seguro inocularon en muchos el virus de la simulación, la cual hoy permanece en muchos y que hay que echarlos a un lado. En ese camino andamos.
Es cierto, hay tozudeces que nos han hecho daño y que hay mucho que cambiar y rectificar. De eso nos encargaremos nosotros mismos, a nuestra manera, lejos de los recodos y turbios afanes de personajes como Montaner y otra larga lista conocida.
Como tus has dicho en ocasiones, tenemos que lavar nuestros trapos sucios en la casa sin darle “ni tantito así” a un enemigo que desde 1959 nos atacó por querer ser libres y trató de aplastarnos, no con aplanadoras sino con bombas nucleares.
Ojalá que todo sirva para ser un “tilín mejores”, pero, desde nuestra barricada en la cual estoy seguro siempre estaremos uno al lado del otro
Tu hermano
Ciro Benemelis Durán
PD: leyendo tu cancionero me encontré con este texto escrito en 1968, sorprendentemente actual
LOS FUNERALES DEL INSECTO
Hace un rato, solo, he visto
a un insecto agonizar.
Y he pensado: no hay remedio,
nadie va a su funeral.
El insecto agonizaba.
Yo empezaba a canturrear
la canción más solitaria
que haya escrito sin llorar.
Pues me puse a comparar:
¿Qué hará la tierra con los huesos
del que muere sin regreso,
en virtud de su ambición?
Sus funerales sin amigos,
sus adioses sin testigos,
sus domingos sin amor
serán como el del insecto aquel,
muriendo solo, sin después.
Morir así es no vivir,
morir así es desaparecer.
La pobre gente que dispone
de la vida por oscuros
corredores ¿qué se hará?
Y los que venden la palabra,
los que ríen, los que no hablan,
¿quiénes los despedirán?
Serán como el insecto aquel,
muriendo solo, sin después.
Morir así es no vivir.
Morir así es desaparecer
totalmente.