jueves, 10 de noviembre de 2011


Cambio de lugar

Hasta hoy estará hospedado Créeme en esta plataforma en la que habitó 364 días, desde el 11 de noviembre de 2010. Las razones que me llevaron a abrirlo son las mismas que, acrecentadas, me mantienen en la intención de continuarlo en Wordpress. Y salgo de Google porque por causas que cuanto informático intentó explicarse y resolver sin lograrlo, prácticamente nunca pude hacer comentarios en mi propio blog, lo que desde un determinado momento impidió la precisa intercomunicación indispensable para la propia vida de este instrumento.
Un blog tiene sus características; un perfil y una página en las redes sociales, otras. Algo similar ocurre con twitter. Por el blog de mi hermano Silvio Rodríguez creé el mío y buena parte de mis lectores y lectoras provienen de Segunda Cita. Quienes me han seguido en Créeme, luego en facebook y más tarde en twitter, saben que las tres herramientas las utilizo para la difusión de mis ideas y las que considero afines o interesantes. Y aseguro que así seguirá ocurriendo. 

Les invito a todas y todos que sigamos compartiendo, esta vez más interconectados, en este nueva etapa de Créeme.

http://vicentefeliu.wordpress.com/

Bienvenidas, bienvenidos.

Vicente Feliú
10 de noviembre de 2011

PD: Durante unos días estará esta entrada en blogspot, para los que pasen por aquí.


lunes, 19 de septiembre de 2011

Aclaraciones

Este blog es para expresar y compartir ideas, no agresiones. No me interesa entrar en debates que no valgan mi tiempo ni el de los que aquí vienen.
Agradecería que los que estén molestos con quien soy se abstengan de entrar en esta casa.
A los valientes que escriben desde el anonimato y piden a gobiernos extranjeros lo que ellos ni esos gobiernos tienen y se necesita para cambiar las cosas en este país, los espero en cualquier momento y en cualquier lugar.
Vicente Feliú

domingo, 18 de septiembre de 2011

La absurda y cruel decisión de la Jueza Lenard contra René

17 SEPTIEMBRE 2011

Por José Pertierra

Una jueza federal en Miami dictaminó el viernes un fallo absurdo y cruel sobre uno de los Cinco cubanos, quien termina su sentencia carcelaria este 7 de octubre. La Jueza Joan Lenard declaró que René González, quien ya ha cumplido trece años en prisión por no haberse inscrito como agente del gobierno cubano, estará obligado a vivir los próximos tres años en Miami en lo que llaman “libertad supervisada”.
El Sr. González había solicitado permiso para regresar a Cuba para estar nuevamente con su esposa, Olga, y sus hijas, Ivette e Irma. Hace varios años, el Departamento de Estado decretó que jamás le otorgaría una visa a Olga. La ha permitido visitar a René solamente una vez durante los últimos trece años:un castigo cruel e inusual para cualquier preso.
Aunque es estadounidense de nacimiento, René González se crió en Cuba y tiene doble nacionalidad. A petición del gobierno cubano, regresó a los Estados Unidos para monitorear a los grupos extremistas de Miami, quienes desde sus guaridas en el sur de la Florida llevan a cabo ataques terroristas contra la población civil cubana. Pero como no le informó al Departamento de Justicia de sus actividades en los Estados Unidos, violó la ley. En cambio, el FBI nunca arrestó a los terroristas que René monitoreaba, y ellos siguen sueltos, protegidos y gozando de la vida en Miami.
¿Qué posible interés tiene el gobierno estadounidense de seguir castigando a una persona, cuyo único delito es luchar contra el terrorismo? ¿Por qué forzarle a quedarse en Miami, un semillero de terrorismo anti-cubano, por los próximos tres años? ¿No importa que los terroristas —desde sus bases en los Estados Unidos– hayan asesinado a 3,478 cubanos e incapacitado a 2,099 más durante las últimas cinco décadas? Además, ¿cómo quiere la jueza que el Señor González cumpla con los términos de su “libertad supervisada” en Miami?
Las condiciones que la corte le ha impuesto a René González incluyen prohibirle que “se asocie con individuos o grupos terroristas, o con miembros de organizaciones que promueven la violencia”. También le prohíbe “acercarse a o visitar lugares específicos donde se sabe que están o frecuentan individuos o grupos terroristas”. ¿Eso no significa que, para cumplir con la sentencia judicial, Miami es precisamente donde no debería vivir, ya que es el santuario de los terroristas en los Estados Unidos?
Los terroristas que René estaba encargado de monitorear siguen viviendo en Miami. Abiertamente apoyan el uso de la violencia contra Cuba. Este abril, Luis Posada Carriles, el autor intelectual de la voladura de un avión de pasajeros que mató a las 73 personas a bordo y de una campaña de terror contra La Habana que incluía poner bombas en los más famosos hoteles y restaurantes cubanos, afirmó su compromiso con la lucha armada contra el gobierno cubano. Posada Carriles y sus seguidores viven en Miami.
¿Por qué poner en peligro la vida de René y obligarlo a vivir por los próximos tres años lado a lado con los mismos terroristas que monitoreaba en Miami, cuando era agente del gobierno cubano?
Terroristas cubanoamericanos son los que asesinaron en los Estados Unidos a Orlando Letelier (el ex-Canciller de Chile), Ronnie Karpen Moffitt (una ciudadana estadounidense), Eulalio Negrín y Carlos Múñiz Varela (cubanoamericanos que apoyaban un diálogo pacífico con el gobierno cubano), y también a Felix García Rodríguez (un diplomático cubano en la ONU).
En una encuesta hecha en víspera del juicio contra los Cinco cubanos, la sicóloga Dra. Kendra Brennan concluyó que los cubanoamericanos de Miami mantienen “una actitud guerrerista contra Cuba.” Además, un estudio sobre la comunidad cubanoamericana de Miami, publicado por Americas Watch, dijo que “las fuerzas dominantes e intransigentes de la comunidad de los exiliados cubanos en Miami” tratan de silenciar las opiniones discrepantes sobre Cuba con la violencia. Por ejemplo, han bombardeado emisoras de radio y oficinas de revistas. Han amenazado a muerte a los que abogan por cambios en la política hacia Cuba. “Han puesto más de una decena de bombas, enfocándose en los que favorecen una apertura más moderada hacia el gobierno de Castro”, concluyó el informe.
Es irresponsable y arriesgado que Estados Unidos fuerce a René González a quedarse en ese ambiente de violencia y terrorismo por los próximos tres años. Su vida corre peligro.
La Jueza Lenard explicó que no puede adecuadamente evaluar “las circunstancias del delito, o la historia y las características del condenado”.
¿En serio, señora jueza? Pero si las “circunstancias del delito” son que René González no vino a los Estados Unidos para cometer espionaje contra el gobierno de lo Estados Unidos o para cometer crímenes. Su tarea fue simplemente monitorear a los terroristas, quienes operaban con total impunidad en los Estados Unidos y cuyos blancos eran civiles inocentes en Cuba. La idea fue simplemente compilar evidencia que Cuba posteriormente le entregó al FBI para que Washington procesara a los terroristas.
Los terroristas cubanoamericanos, por ejemplo, orquestaron un plan para poner una serie de bombas en los más famosos hoteles y restaurantes de La Habana, incluyendo el emblemático Hotel Nacional y el legendario restaurante que prefería Hemingway: La Bodeguita del Medio. El propósito de la campaña terrorista era destruir a la industria turística en Cuba, y de esa manera golpear a la economía del país que ya estaba debilitada después del derrumbe del bloque socialista de la URRS y Europa Oriental.
Especialmente después del 11-9, los Estados Unidos han sostenido que tienen como prioridad castigar a los terroristas y premiar a los que combaten el terrorismo. Si es así, entonces debiesen permitir que René González regrese a su familia en Cuba, en vez de obligarlo a que se quede en Miami rodeado de los terroristas que le quieren pasar la cuenta.
La Jueza Lenard también alega en su decisión que, si permite que René regrese a Cuba el 7 de octubre, no podrá evaluar si el “pueblo estadounidense estaría protegido de futuros crímenes que pueda cometer el condenado”. Pero el único crimen que cometió René fue no haberse inscrito como agente extranjero. ¿Cómo pudiera él ser un peligro para el pueblo estadounidense si regresa a su país? ¿Cuánto tiempo necesita la Jueza Lenard para evaluar adecuadamente algo tan claro como el agua de un manantial?
La jueza también alega que necesita más tiempo para que Estados Unidos le pueda dar a René “entrenamiento, educación y servicios médicos de la manera más efectiva”. ¡¿Qué?! René ya ha dicho que no tiene intención alguna de quedarse a vivir en los Estados Unidos. Su abogado expresó claramente que René ha ofrecido renunciar a su ciudadanía estadounidense con tal de poder regresar a su casa en Cuba. No necesita de la educación o el entrenamiento de los Estados Unidos, cuyo propósito sería ayudarlo a reintegrarse a la sociedad estadounidense. El simplemente quiere regrarsar a Cuba para reunirse nuevamente con su familia, y no recibir instrucciones sobre cómo vivir en este país y pasarse tres años alejado del nido familiar. Finalmente, en Cuba tendrá a su disposición la mejor atención médica, sin costo alguno para los Estados Unidos o para él mismo.
Sin sorpresa alguna, la fiscal encargada del caso, Caroline Heck-Miller, se opuso a la solicitud de René de poder regresar a Cuba al cumplir con su condena carcelaria. Esta es la misma fiscal que decidió no procesar a Luis Posada Carriles por terrorismo, a pesar de que la abogada del Departamento de Seguridad se lo pidió.
La única salvación que tiene la inexplicable y rara decisión de la Jueza Lenard es que le deja la puerta abierta a René para que vuelva a hacer el pedido de regresar a Cuba, “si las circunstancias ameritan una modificación de su sentencia”.
¿Cuáles circunstancias son las que espera la jueza? ¿Qué algún terrorista en Miami le dispare un tiro a René?

*José Pertierra es abogado en Washington DC. Representa al gobierno de Venezuela en el caso de extradición de Luis Posada Carriles.

jueves, 15 de septiembre de 2011

A propósito de un muy doloroso asunto

A propósito de un muy doloroso asunto

Últimamente he leido algunos artículos que hacen alusión a cierta polémica en la que se pretende involucrar a Silvio Rodríguez con Pablo Milanés, y estoy convencido que no existe tal, entre otras cosas por imposible. Polémica ha sido la actitud de Pablo consigo mismo y con sus canciones, las mismas que a centenares de miles de personas en el mundo conmovieron y ofrecieron asideros para la reflexión durante más de cuarenta y cinco años.

Que Silvio, trovador mayor, decida salir en defensa de los intelectuales cubanos a los que Pablo acusa de cobardes por firmar una adhesión a defender Cuba, atacada constantemente desde el Miami punta de lanza de la derecha fascista de los Estados Unidos, es la cosa más natural del mundo. (Por cierto, creo que el único intelectual miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba que no firmó fue Pablo).

Que hombres y mujeres de Cuba y de otros lares, para quienes Pablo ha sido una compañía sonora de dignidad, solidaridad y amor se sientan defraudados y quieran decirle su enfado, me parece la cosa más natural del mundo.

Lo que no me parece natural es que con todas las opiniones que ha tenido Pablo Milanés, no hubiera expresado siquiera alguna de ellas en la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba, órgano máximo de gobierno del país de la que fue miembro aunque jamás asistió, ni tampoco en las asambleas del barrio donde se han discutido infinidad de planteamientos muy sólidos en los últimos años.

Lo que no me parece natural es que tantas opiniones no hayan dado lugar a canciones, de las que Pablo sabía componer muy bien.

Lo que no me parece natural es que no haya ofrecido opiniones a la prensa cubana, también considerada muy mal por Pablo, porque hace muchos no acepta entrevistas.

Lo que no me parece natural es que en la gira que Pablo realizó por Cuba hace pocos meses no dijera una sola de las opiniones que ofrece a la prensa española y ahora a la más reclacitrante prensa enemiga de nuestro país.

Lo que no me parece natural es que teniendo en las venas sangre del Bayamo irrredento no haya pensado que a la Trova Cubana no se le debe traicionar porque es la Patria misma.

En muchas partes del mundo no se comprende bien el concepto que los cubanos tenemos sobre la Patria. Quizás pudieran leerlo en José Martí, en cualquier texto desde que era un adolescente, y ya con más definición y potencia en los textos escritos en los Estados Unidos. Quizás pudieran dar una ojeada el concepto que tienen George W. Bush o Barack Obama y hacer justamente lo contrario.

El origen de esta situación -repito que no entre Silvio y Pablo sino entre Pablo y medio mundo-, es la bronca cubana con los gobiernos estadounidenses que viene desde el Siglo XIX cuando intervinieron en nuestra guerra de independencia, ya prácticamente ganada contra el colonialismo español, arrebatándonos la victoria. Durante todo el Siglo XX intervinieron cada vez que levantábamos vuelo, cortando alas, hasta que irrumpió Fidel en la historia de Cuba. Luego en enero de 1959, los mismos yanquis que apoyaron al tirano Batista hasta el 31 de diciembre de 1958, recibieron a TODOS los asesinos batistianos que lograron huir y que habían colaborado en la muerte y de sapariciones de 20,000 personas, revolucionarias o no, entre 1953 y 1958, y que se robaron el erario público de la nación cubana. Parte de esos dineros sirvieron de base después a diversas organizaciones contrarrevolucionarias en los Estados Unidos, entre ellas la Fundación Nacional Cubano Americana, la de Jorge Más Canosa, Ileana Ross Lethinen, Lincoln y Mario Díaz Balart, Luis Posada Carriles, José Basulto, Carlos Alberto Montaner y muchísimos teroristas y asesinos más durante estos 50 y tantos años.

Las Damas de Blanco, señoras por lo general esposas y parientes de hombres que, pagados por los Estados Unidos hacían trabajos disímiles contra el gobierno cubano (en muchísimos países a eso le llaman traición, mercenarismo y cosas por el estilo) y por ello guardaban prisión con diversas condenas, marchaban en silencio por la 5ta Avenida de Miramar, vía por donde se transita a zonas importantes de embajadas, centros comerciales y de negocios, y también por donde se mueven los dirigentes más altos del país. Bueno, ya hace un tiempo TODOS sus parientes salieron de la cárcel y la mayoría también del país, y ellas siguen marchando en silencio porque de lo contrario no cobrarían los dividendos que les siguen pagando los funcionarios de la oficina de intereses de los Estados Unidos en La Habana. (Esto puede verificarse con cables de Wikileaks, si no se quiere investigar por Cubadebate u otros blogs más o menos oficiales.)

Los Cinco cubanos presos en Estados Unidos desde hace trece años, lo están porque buscaban información que nos permitiera evitar los desmanes de los que, desde ese país e impunemente, contrataban mercenarios para poner bombas y llevar a cabo todo tipo de actos terroristas contra Cuba y a veces también dentro de los mismos Estados Unidos. La información que Cuba le ofreció al gobierno norteamericano para que detuviera a los terroristas que tenía en su territorio fue utilizada para encarcelar, exclusivamente y de manera innombrable por vergonzosa, a estos Cinco Héroes de la República de Cuba. Los terroristas verdaderos están siendo homenajeados y paseándose por Miami.

Nuestra relación con los Estados Unidos es, lamentablemente, política, y también por el lado de allá. Por lo que no podemos ni ser ingenuos ni pecar de tontos. Porque “En el imperialismo no se puede confiar ni tantico así”.

A la fauna mafiosa mencionada más arriba le rindió pleitesía nuestro Pablo, y además por Radio y Televisión Martí, engendros de la falsificación mediática. Para muchísimos de nosotros, trovadores vivos y muertos, es algo que resulta imperdonable.

Los ídolos, mientras más altura alcanzan, más bajo caen. Creo que Silvio salió en defensa de todos a quienes Pablo explícitamente tachó de cobardes y vendidos al gobierno. Nadie más podía haberlo hecho con más derecho, en nombre de la Trova Cubana desde Castillo, Céspedes y Fornaris y de la Cultura en general.

Estoy convencido que Pablo está mal de su cabeza. Nadie en sano juicio es capaz de decir que va a cantar para los cubanos en Miami, de los cuales un por ciento altísimo creció con sus canciones -entre otras- y luego hablar especialmente para los batistianos sirviendo su propia cabeza en bandeja de plata. A nadie se le habría ocurrido. Solo a un ego perdido en sí mismo le resultaría posible.

Coincidimos muchos en que quien más pierde es la Cultura Cubana, es decir, la Patria. Pero la traición es común a los hombres, y de peores Cuba, aunque lacerada, ha salido y seguirá saliendo ilesa.

Vicente Feliú, trovador cubano.
14 de septiembre de 2011

Tomado de Cubadebate

Carta a Silvio Rodríguez: Travesía Trova-Patria
Ciro Benemelis
11 Septiembre 2011

Hermano Silvio:
Hace un tiempo alguien me dijo “la historia de Cuba, casi se puede contar a través de la historia de la música cubana.” Te confieso que de momento aquella afirmación me pareció exagerada pero luego, meditando, recordé lo que mí padre y mis tíos me habían enseñado y que sumé a mis experiencias también por cuenta propia.
Recordé que los géneros de la música cubana casi en su totalidad, tienen una historia muy unida a la identidad y nacionalidad de los cubanos, pero me di cuenta que la cancionística, y en especial la trova, de todos los tiempos, tiene una gran significación y que un gran porcentaje de la obra de los trovadores estaba dedicada a la patria y sus luchas, a la soberanía, a los héroes y a nuestras guerras de independencia.
A finales de la guerra del 95, Pepe Sánchez compuso una obra que tituló “Cuba Libre” la que terminaba con la frase “patria o muerte” como una premonición de lo que muchos años después Fidel convertiría en el grito de guerra de todo un pueblo.
Pepe Sánchez también escribió “Himno a Maceo” y el compositor guantanamero José Sabin compuso a principios del siglo XX “Maceo y Martí” que todos conocemos como “En opuestas regiones”.
En 1851 se estrenó “La Bayamesa” de Céspedes y Fornaris que se convirtió en un canto de amor y lucha y luego Sindo Garay compuso “Mujer Bayamesa” que relata con aguda belleza la valentía de la mujer cubana con aquello de “pero si siente de la patria el grito, todo lo deja, todo lo quema, ese es su lema, su religión”.
El santiaguero Ramón Ivonet, que llegó a obtener los grados de teniente coronel y fue el abanderado de Antonio Maceo en la invasión a occidente era un excelente trovador.
Doriteo Arango director de la banda de música que acompañaba a Maceo ejecutó el Himno Invasor de Loynaz del Castillo que inicialmente se llamaba Himno a Maceo y este pidió que le pusieran Himno Invasor. Luego en 1903, el también santiaguero y uno de los grandes de la trova, Alberto Villalón, le pondría música a “Martí” con letra de Francisco Eligio y luego compondría “La Palma”, dedicada a Máximo Gómez y cuando este murió hizo otra composición que le llamó” La Palma Herida”.
En fecha tan temprana como 1918 Rosendo Ruiz escribiría el himno “Redención”, en que por primera vez, se mencionaba la palabra socialismo en homenaje a la revolución rusa y que se estrenó un 1ro de mayo…
En 1926 Sindo Garay compuso “El huracán y la palma” y todos sabemos que la palma es una de las identidades más simbólicas de la patria que el huracán no podía derribar. En la década del 40 del pasado siglo Salvador Adams realizó su obra “Altiva es la Palma “como un homenaje precisamente a la altivez de Cuba.
La lista sería, para orgullo nuestro, interminable y refleja la actitud consecuente con la patria y sus luchas de los músicos y especialmente de los trovadores cubanos.
Al triunfo de la revolución aparecieron los nuevos trovadores, herederos de aquel movimiento que hoy llaman Trova Tradicional.
Por razones familiares, que tu bien conoces, desde mi infancia me moví entre trovadores, de los cuales aprendí la mayoría de los temas que cantaba en los actos cívicos de mi escuela pública, todos los viernes, donde con pupitres ruinosos y pizarras de cualquier color, sacrificados profesores y profesoras, nos enseñaban ante todo a amar la tierra que nos vio nacer y a no traicionarla nunca y allí aprendimos de los mambises y de otros próceres que siempre defendieron la identidad y la nacionalidad cubanas con sus errores y aciertos y sin concesiones anexionistas para los que nos veían como “la fruta madura”.
Los de mi generación, si son honestos, saben de lo que escribo. Vino el triunfo revolucionario en 1959 y otros trovadores tomaron la bandera y continuaron la tradición de cantarle a la mujer, a los amores familiares y a la patria nueva, soberana y libre. Esos trovadores también fueron y siguen siendo contestatarios y rebeldes contra lo mal hecho, nuestras insuficiencias, errores, intolerancias y burocratismo. Silvio con “Resumen de noticias”, Pablo con “Pobre del cantor, Noel con “Comienzo el día”, Vicente con “Créeme” y Carlos Varela, Gerardo Alfonso, Frank Delgado, Santiago Feliú y muchos otros que vinieron después y siguen llegando, nos dieron y nos dan, una lección de patriotismo y dignidad que enaltecen nuestro orgullo de ser cubanos.
Desde sus obras, también se puede relatar la historia de esa etapa de Cuba; lástima que algunos hayan perdido la memoria y hagan tabla rasa de lo alcanzado y vivido. Los viejos trovadores y también los nuevos no lo admitirán.
Ahora, en los nuevos tiempos, aparece entonces un personaje hosco y lóbrego llamado Carlos Alberto Montaner a querer dar clases de historia y conciliaciones políticas en las que falsea aspectos de las guerras del 68 y 95, cuenta a su manera la historia de la republica secuestrada en 1902, pasando por los “buenos y conciliadores machadistas”. Por ese camino llegará seguro a Batista y sus bondades.
Con ese señor, que según algunos aspira a ser Presidente de Cuba cuando caiga la revolución es un terrorista confeso, no hay nada que hablar o dialogar. Hay muchos cubanos honestos en los E.U.A y otras latitudes con los cuales si valdría hablar y reconciliarnos.
No fuimos nosotros quienes entronizamos el odio, la violencia, nunca fuimos a Estados Unidos a agredir, a asesinar inocentes, ni a preparar atentados a aviones de civiles, no se puede hablar de nuestros defectos cuando no se es capaz de denunciar a Posada Carriles y sus crímenes evidentes y confesos o abogar por la libertad de lo que están injustamente presos por luchar contra el terrorismo que tanta sangre ha costado a nuestro noble pueblo.
Los tiempos cambiaron un poco o a lo mejor mucho, pero nuestra utopía siguió en pie y la preferimos al servilismo y la entrega a nuestros enemigos.
En nombre de esa utopía cometimos muchos errores y hasta injusticias. Personajes que hoy no están hicieron de la doble moral un modo de vivir y actuar y de seguro inocularon en muchos el virus de la simulación, la cual hoy permanece en muchos y que hay que echarlos a un lado. En ese camino andamos.
Es cierto, hay tozudeces que nos han hecho daño y que hay mucho que cambiar y rectificar. De eso nos encargaremos nosotros mismos, a nuestra manera, lejos de los recodos y turbios afanes de personajes como Montaner y otra larga lista conocida.
Como tus has dicho en ocasiones, tenemos que lavar nuestros trapos sucios en la casa sin darle “ni tantito así” a un enemigo que desde 1959 nos atacó por querer ser libres y trató de aplastarnos, no con aplanadoras sino con bombas nucleares.
Ojalá que todo sirva para ser un “tilín mejores”, pero, desde nuestra barricada en la cual estoy seguro siempre estaremos uno al lado del otro
Tu hermano
Ciro Benemelis Durán
PD: leyendo tu cancionero me encontré con este texto escrito en 1968, sorprendentemente actual

LOS FUNERALES DEL INSECTO

Hace un rato, solo, he visto
a un insecto agonizar.
Y he pensado: no hay remedio,
nadie va a su funeral.

El insecto agonizaba.
Yo empezaba a canturrear
la canción más solitaria
que haya escrito sin llorar.
Pues me puse a comparar:

¿Qué hará la tierra con los huesos
del que muere sin regreso,
en virtud de su ambición?
Sus funerales sin amigos,
sus adioses sin testigos,
sus domingos sin amor
serán como el del insecto aquel,
muriendo solo, sin después.
Morir así es no vivir,
morir así es desaparecer.

La pobre gente que dispone
de la vida por oscuros
corredores ¿qué se hará?
Y los que venden la palabra,
los que ríen, los que no hablan,
¿quiénes los despedirán?

Serán como el insecto aquel,
muriendo solo, sin después.
Morir así es no vivir.
Morir así es desaparecer
totalmente.

jueves, 8 de septiembre de 2011

A propósito de “Cuba-USA. Diez tiempos de una relación”: Una lectura imprescindible

Palabras en la presentación del libro “Cuba-USA. Diez tiempos de una relación” de Ramón Sánchez Parodi, Casa del Alba, La Habana, Septiembre 7, 2011

El libro de Ramón Sánchez Parodi (Cuba-USA Diez tiempos de una relación) debe ser recibido como lo que es, un importante suceso intelectual, llamado a dejar huella trascendente entre sus lectores que ojalá sean muchos en Cuba y más allá. Es una nueva contribución que agradecemos a Ocean Sur empeñada siempre en divulgar textos valiosos para la lucha de los pueblos por su emancipación.

Esta obra trata con rigurosa exactitud, lenguaje preciso y envidiable síntesis medio siglo de relaciones entre Cuba y Estados Unidos desde Eisenhower hasta Obama. No falta ningún episodio relevante y todos son explicados con documentos oficiales y pruebas disponibles para cualquier estudioso.

Pero no se limita a ese período. El primer tiempo describe, con el mismo rigor, lo que sucedió desde que las Trece Colonias norteamericanas se separaron de Inglaterra.

El nuevo estado, como ha recordado Chomsky, nació impulsado por dos fuerzas que nunca han dejado de guiarlo: el expansionismo y el racismo. Adueñarse de Cuba fue uno de sus primeros objetivos, claramente definido por Thomas Jefferson y convertido en una suerte de norma imperativa para la llamada “clase política” y una buena parte de la intelectualidad y la prensa. Parodi lo resume así: “Los diferentes gobiernos y presidentes norteamericanos actuaron de manera sistemática contra cualquier posibilidad de que Cuba saliera del dominio español y cayera en manos de otra potencia que no fuese los Estados Unidos.”

Pero, como él apunta, “no fue una espera estática e inmóvil.” Washington desplegó una diplomacia muy activa para frustrar cualquier pretensión de las potencias europeas y también para impedir los proyectos liberadores de Bolívar; reprimió y persiguió con saña a la emigración patriótica cubana mientras dio apoyo material y logístico al ejército colonial en una conducta que condujo al Padre de la Patria a descubrir que “el secreto de su política es apoderarse de Cuba.” Promovió y ayudó a articular la tendencia anexionista de la sacarocracia esclavista cuyos representantes participaron en las reuniones de la Casa Blanca mencionadas en el libro que tuvieron lugar antes que nacieran la mayoría de los combatientes de la Guerra Grande.

La corriente anexionista fue un instrumento servil de la estrategia imperial pero al final terminó en honda frustración como la reflejó su más destacado exponente, José Ignacio Rodríguez: Cuba no fue incorporada a la nación norteamericana como un estado más sino que, tratada como una posesión, quedó sometida a la condición de estado vasallo malamente disfrazada como república.

El libro ayuda a disolver el mito cuidadosamente fabricado por una poderosa maquinaria de propaganda cuya tarea es engañar y embrutecer. No son pocos quienes aún se refieren al conflicto entre la nación cubana y el imperialismo estadounidense con el engañoso término de “diferendo”. Algunos siguen empleándolo en textos en los que no falta el lenguaje sinuoso y encubridor.

Como demuestra Parodi, ese conflicto no es otra cosa que el inevitable enfrentamiento de la nación liberada el primero de enero de 1959 con la potencia que la sojuzgaba y desde ese día se ha empecinado en restaurar su dominación. Eso y sólo eso explica la conducta de once administraciones por más de medio siglo. Capítulo tras capítulo, sin olvidar ningún aspecto relevante, el libro desmenuza cada momento de esa pelea exponiendo las razones de Cuba y pulverizando las falacias norteamericanas.

Quiero subrayar apenas algunos momentos claves de esa larga historia. Los cultores del inventado “diferendo” suelen enredarse con un dato elemental ¿cuándo y por qué comenzó? A partir de esa incógnita no resuelta en la abultada producción de muchos “cubanólogos” se tejen elucubraciones, a veces divertidas, como, por ejemplo, al pretender fijar una fecha exacta al inicio de la guerra económica impuesta a Cuba, que reducen al llamado “embargo”, o al intentar descifrar la dinámica de la confrontación y su desarrollo a lo largo de medio siglo. El enfrentamiento de Washington al movimiento revolucionario cubano comenzó antes que Fidel Castro descendiera victorioso de la Sierra Maestra. La administración Eisenhower dio pleno apoyo político, económico y militar al régimen batistiano hasta el último día; maniobró tratando de fabricar una “tercera fuerza” que lo reemplazara cuando su derrumbe era evidente y al final propició la instalación de una junta militar que facilitó la fuga del dictador y sus principales colaboradores.

Fue entonces, cuando aun no se había establecido en La Habana el nuevo gobierno, que Washington inició su guerra económica contra Cuba. Los fugitivos del batistato se llevaron la casi totalidad de las reservas monetarias cubanas, las trasladaron a Estados Unidos en vuelos organizados por la Embajada norteamericana, en una operación de saqueo sin precedentes que colocó a Cuba al borde de la bancarrota al comenzar el mes de enero de 1959. Obviamente nada había hecho el Gobierno revolucionario para provocar la animosidad de Washington, no hubiera podido siquiera intentarlo porque el nuevo gobierno no había nacido todavía. Sobra decir que a Cuba no le fue devuelto un solo centavo, y ninguno de los ladrones recibió castigo. Ese despojo, calculado en más de 400 millones de dólares de la época, fue el origen del poder económico de la mafia anexionista-batistiana y no sus supuestos éxitos empresariales a los que gustan elogiar los propagandistas del Imperio y no pocos inventados “especialistas” en asuntos cubanos.

Del origen verdadero de esas fortunas nada dicen, como tampoco mencionan los privilegios absolutamente únicos que habrían de recibir por la vía de exenciones tributarias aquellos y otros antiguos explotadores que se marcharon de Cuba.

Pocos temas han sido tan falsificados y manipulados como el de la emigración cubana a Estados Unidos. El punto de partida es ignorar completamente sus profundas raíces en la historia nacional, su carácter verdaderamente masivo al comienzo de la Guerra Grande en 1868 y la brutal represión de los “voluntarios” que, según datos oficiales españoles provocó entre febrero y septiembre de 1869 y sólo por el puerto de La Habana, la salida hacia el Norte de más de 100 mil cubanos, el doceavo de la población, el mayor éxodo de la isla, incomparablemente superior a cualquier otro posterior; su carácter continuado durante la pseudorrepública hasta alcanzar niveles alarmantes en 1958 cuando Cuba era superada sólo por México y conforme a las estadísticas oficiales norteamericanas, la emigración cubana era más numerosa que la del conjunto de los demás países del Continente.

Tal era la situación migratoria en enero de 1959 entre Cuba y Estados Unidos: los cubanos eran, con mucho, el principal grupo migratorio allí después de los mexicanos. De pronto, al amanecer de aquel año, comenzaron a arribar, en sus yates y en sucesivos vuelos organizados por la Embajada yanqui, centenares de maleantes, prófugos de la justicia y beneficiarios del antiguo régimen. Todos ellos fueron acogidos con los brazos abiertos, recibieron beneficios especiales y sorprendentes expresiones de apoyo público a los más altos niveles de gobierno.

Ese trato privilegiado encontró reflejo legislativo con la ley de Ajuste Cubano promulgada en 1966. Mucho se ha escrito sobre el carácter subversivo de esta ley y su irresponsable promoción de la emigración ilegal y desordenada con el empleo de la violencia y que ha causado muertes y sufrimientos entre los cubanos. Quiero destacar un aspecto que hace de ella un texto completamente diferente a otras legislaciones aprobadas en Washington para ajustar la situación legal de diversos grupos migratorios.

Todas esas leyes buscaban beneficiar a los integrantes del grupo nacional en cuestión que se encontrasen en territorio norteamericano a la fecha de la promulgación de la norma. La Ley de Ajuste Cubano explícitamente excluyó de sus beneficios a la totalidad de la emigración cubana, pues sólo se refiere a quienes hubiesen llegado allá “el primero de enero de 1959 o después.” La mención de esa fecha, repetida varias veces, es la consagración de la íntima solidaridad de Washington con los batistianos y la apertura hacia el futuro de su aplicación le confieren su sentido de vulgar provocación política. Nadie se preguntó por las consecuencias que ese infame texto tuvo para las decenas de miles de emigrantes cubanos que habían ingresado en ese país antes del primero de enero de 1959 y que fueron discriminados tan groseramente.

La propaganda imperial ofende a todos los cubanos. Si se ofreciera a otros los “beneficios” que supuestamente dan a los cubanos, el territorio norteamericano sería virtualmente ocupado por una incontenible ola de extranjeros. Es por eso que nunca antes, ni después, se le ha ocurrido a nadie en Washington proponer algo semejante para cualquier otro grupo humano.

Los resultados están a la vista. Según las cifras oficiales norteamericanas la emigración cubana, que ocupaba el segundo lugar en 1958, ha descendido al menos ocho escalones desplazada por otros tantos países latinoamericanos que no cuentan, sin embargo, con una Ley de Ajuste. Lo anterior se refiere a emigración legal. El contraste sería aún mayor si se contase a los llamados “ilegales” ninguno de los cuales, como se sabe, es cubano.

Pese a ello la propaganda anticubana ha fabricado la imagen de un pueblo desesperado por marcharse hacia Estados Unidos. Peor aún, según ella, los cubanos no emigran, huyen, escapan en busca de refugio. Colosal patraña que desmienten los hechos: esos emigrante son, después de los canadienses, quienes más visitan a Cuba y el de Miami es el aeropuerto internacional con más vuelos a la isla, todos ellos repletos de cubanos.

Durante medio siglo se han falsificado burdamente los datos sobre la emigración cubana. Políticos, periodistas y académicos, han repetido, sin ruborizarse, que “millones” de compatriotas se fueron de Cuba en el período revolucionario. Esta falsedad evidente aún se reitera a pesar de que la contradice abiertamente las informaciones que publica, cada año, la Oficina del Censo y el Servicio de Inmigración de Estados Unidos. En las más recientes, de este año, por primera vez, rebasan los cubanos la cifra de un millón que incluye a quienes nacieron allá, los cuales obviamente no se fueron de Cuba.

Permítanme regresar al famoso “diferendo”. Mucha tinta y papel se han gastado en disquisiciones inútiles sobre la dinámica de las relaciones entre los dos países en los últimos 50 años.

Todavía se llama “embargo” a lo que ya en 1959 el Secretario de Estado Christian Herter nombraba como lo que era y siempre ha sido, “guerra económica”. Y en aquellos tempranos días, en documentos oficiales revelados mucho después, Washington había resuelto la incógnita a los académicos. Recordemos como definía el origen del conflicto en su fase actual: “La mayoría de los cubanos apoyan a Castro. El único modo previsible de restarle apoyo interno es por medio del desencanto y la insatisfacción que surjan del malestar económico y las dificultades materiales…hay que emplear rápidamente todos los medios posibles para debilitar la vida económica de Cuba… una línea de acción que, aún siendo lo más mañosa y discreta posible, logre los mayores avances en privar a Cuba de dinero y suministros, para reducirle sus recursos financieros y los salarios reales, provocar el hambre, la desesperación y el derrocamiento del Gobierno.”

Así ha sido siempre desde Eisenhower hasta Obama. Y siempre escondiendo la mano, falsificando la realidad, mintiendo, siguiendo el camino iniciado por los Padres Fundadores.

El libro de Ramón Sánchez Parodi es un valioso aporte a la pelea histórica de la nación cubana que equivale a la lucha por salvar la verdad de quienes la ocultan o tergiversan. Esa ha sido y es sustancia del patriotismo cubano que hoy encarnan ejemplarmente Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René. Si ellos cumplen ahora trece años de injusta prisión es, sobre todo, porque el Imperio ha sido capaz de ocultarle al pueblo norteamericano su heroica proeza contra el terrorismo anticubano que Washington inventó y aún alienta o tolera.

Para comprender la naturaleza y los métodos de un adversario al que le sobran recursos materiales pero le faltan la ética y la moral, los invito a esta lectura imprescindible.

viernes, 2 de septiembre de 2011

De Antonio Guerrero

Queridos amigos:
Ha comenzado septiembre, y este proximo lunes 5 las calles de nuestra amada patria se llenaran de niños y jovenes estudiantes, listos para iniciar un nuevo curso escolar.

Del contingente de mas de 470 mil estudiantes universitarios estara formando parte mi hijo Gabriel, quien comenzara sus estudios en la Ciudad Universitaria Jose Antonio Echeverria (que todos conocemos por la CUJAE), uno de los 67 centros de educacion superior con que cuenta nuestra isla, distribuidos en sus 16 provincias.
Mas de un 40 % de nuestra poblacion de 18 a 24 años cursa estudios en nuestras universidades, institutos superiores y otros centros y escuelas de esta ensen~anza.
Los estudiantes extranjeros que estudian gratuitamente en nuestro pais sobrepasan la cifra de 27 mil.
Cuba cuenta con cerca de 100 mil profesores universitarios, ubicado en catedras de 104 diferentes carreras.
Se han graduado en nuestros centros, desde 1959, alrededor de 1 millon 200 mil estudiantes, todos ellos sin pagar un centavo por sus estudios.

Los hay quienes hablan solo de las deficiencias que tenemos y jamas mencionan los logros y el esfuerzo de nuestro heroico pueblo por defender y desarrollar nuestro justo sistema socialista, bajo un cruel bloqueo y bajo la constante y vil accion de quienes pretenden llevarnos a la lo que eramos antes de aquel glorioso triunfo del 1 de enero, que nos permitio ser verdaderamente libres.

Pero, a un pueblo con los niveles de educacion que hemos alcanzado no se le puede engañar, no se le puede engatusar, no se le pueden destruir sus principios, sus raices y su historia.

No los dijo, claro y breve, el Apostol de nuestra independencia, Jose Marti: "Ser cultos para ser libres".

!Exitos a todos nuestros estudiantes en sus estudios y a todos nuestro maestros y profesores en sus tareas de formacion y enseñanza!.

Aqui comparto con ustedes estos versos, que tanto reflejan eso que sucedera en nuestras calles a partir de este dia 5 de septiembre.

VIVENCIA INFANTIL

Un amanecer de un dia
familiar. Los estudiantes
a su escuela !Que alegria
de rostros libres, radiantes!

En el aula, en un cartel
alegorico a Marti,
junto al Moncada y a Abel
el machete de un mambi.

Con timbre entusiasta y claro
habla el maestro, elocuente,
viste sencillo, al amparo
de su forma complaciente.

Todos con facilidad
entienden al profesor:
"La patria es humanidad",
"La mejor ley, el amor".

Un atardecer de un dia
familiar. Los estudiantes
a sus casas. !Que alegria
de rostros libres, radiantes!

!Viva Cuba libre!
!Venceremos!

Cinco abrazos.
Antonio Guerrero Rodriguez
2 de septiembre de 2011
FCI Florence