martes, 26 de julio de 2011

Hay un almanaque lleno de 26

¿Cuestión de julios?
Más o menos siempre es julio.
¿Cuestión de hombres más o menos?
Por ahí andan.
¿Cuestión de decisiones?
Más o menos, casualmente,
momento más ser humano suman 26.

¿Cuestión de seres superiores?
No lo creo.
¿Cuestión de hombres con “H” grande?
Eso sí.
Si le cupiera más de un corazón
a un ser humano,
cada de uno de ellos
tuvo de seguro 26.

Amanece,
y a cualquier hora se siente
pero ahora está amaneciendo.

¿Cuestión de esquemas y valores?
No lo dudo.
¿Cuestión de haber nacido a tiempo?
Puede ser.
¿Cuestión de mostrarse similares?
Siempre hay tiempo:
hay un almanaque lleno de días 26.

Amanece.

Noel Nicola

sábado, 9 de julio de 2011

Tomado de Cubadebate

La guerra antinarco es un invento para limitar las libertades: Noam Chomsky
8 Julio 2011

David Brooks
Periódico La Jornada

Noam Chomsky afirma que la guerra contra las drogas fue inventada para suprimir tendencias democráticas en Estados Unidos y empleada para justificar las intervenciones y control de amenazas al poder imperial en el extranjero.

En entrevistas y escritos a lo largo de los años recientes, el intelectual disidente más destacado de Estados Unidos ha reiterado que esa guerra siempre ha tenido otros objetivos, distintos a los oficialmente pronunciados.

Afirma que mantiene la misma óptica sobre el tema que ofreció en entrevista a La Jornada en la ciudad de México, durante el festejo del 25 aniversario de este periódico, cuando afirmó:

“La guerra contra la droga, que desgarra a varios países de América Latina, entre los que se encuentra México, tiene viejos antecedentes. Revitalizada por Nixon, fue un esfuerzo por superar los efectos de la guerra de Vietnam en Estados Unidos.

“La guerra (de Vietnam) fue un factor que llevó a una importante revolución cultural en los 60, la cual civilizó al país: derechos de la mujer, derechos civiles, o sea, democratizó el territorio, aterrorizando a las elites. La última cosa que deseaban era la democracia, los derechos de la población, etcétera, así que lanzaron una enorme contraofensiva. Parte de ella fue la guerra contra las drogas.

“Ésta fue diseñada para trasladar la concepción de la guerra de Vietnam, de lo que nosotros les estábamos haciendo a los vietnamitas, a lo que ellos nos estaban haciendo a nosotros. El gran tema a finales de los 60 en los medios, incluso los liberales, fue que la guerra de Vietnam fue una guerra contra Estados Unidos. Los vietnamitas estaban destruyendo a nuestro país con drogas. Fue un mito fabricado por los medios en las películas y la prensa. Se inventó la historia de un ejército lleno de soldados adictos a las drogas que al regresar se convertirían en delincuentes y aterrorizarían a nuestras ciudades. Sí, había uso de drogas entre los militares, pero no era muy diferente al que existía en otros sectores de la sociedad. Fue un mito fabricado. De eso se trataba la guerra contra las drogas. Así se cambió la concepción de la guerra de Vietnam a una en la que nosotros éramos las víctimas.

“Eso encajó muy bien con las campañas en favor de la ley y el orden. Se decía que nuestras ciudades se desgarraban por el movimiento antibélico y los rebeldes culturales, y que por eso teníamos que imponer la ley y el orden. Allí cabía la guerra contra la droga.

“Reagan la amplió de manera significativa. En los primeros años de su administración se intensificó la campaña, acusando a los comunistas de promover el consumo de drogas.

“A principios de los 80… fue cuando la tasa de encarcelamiento se incrementó de manera significativa, en gran parte con presos negros. Ahora el número de prisioneros per cápita es el más alto en el mundo. Sin embargo, la tasa de criminalidad es casi igual que en otros países. Es un control sobre parte de la población. Es un asunto de clase.

La guerra contra las drogas, como otras políticas, promovidas tanto por liberales como por conservadores, es un intento por controlar la democratización de fuerzas sociales, concluyó.

Chomsky abundó sobre estos puntos en su ponencia en la UNAM, donde agregó más sobre las dimensiones internacionales de la guerra antinarco de Estados Unidos. Afirmó que al intervenir para controlar políticamente ciertas regiones del mundo, incluyendo América Latina, “el pretexto es la ‘guerra contra las drogas’, pero es difícil tomar eso muy en serio, aun si aceptáramos la extraordinaria suposición de que Estados Unidos tiene derecho a encabezar una ‘guerra’ en tierras extranjeras.

“Los estudios llevados a cabo por el gobierno estadunidense, y otras investigaciones, han mostrado que la forma más efectiva y menos costosa de controlar el uso de drogas es la prevención, el tratamiento y la educación. Han mostrado además que los métodos más costosos y menos eficaces son las operaciones fuera del propio país, tales como las fumigaciones y la persecución violenta. El hecho de que se privilegien consistentemente los métodos menos eficaces y más costosos sobre los mejores es suficiente para mostrarnos que los objetivos de la ‘guerra contra las drogas’ no son los que se anuncian.

“Para determinar los objetivos reales, podemos adoptar el principio jurídico de que las consecuencias previsibles constituyen prueba de la intención. Y las consecuencias no son oscuras: subyace en los programas una contrainsurgencia en el extranjero y una forma de ‘limpieza social’ en lo interno, enviando enormes números de personas ’superfluas’, casi todas hombres negros, a las penitenciarías, fenómeno que condujo ya a la tasa de encarcelamiento más alta del mundo, por mucho, desde que se iniciaron los programas, hace 40 años”.

En sus ensayos, por ejemplo en su libro Hopes and prospects (Esperanzas y realidades), Chomsky escribió que sería imposible pensar que Estados Unidos aceptaría cualquier intromisión de otro país u organización internacional para controlar el consumo y producción de estupefacientes en su propio territorio. La idea de que extranjeros deben interferir con la producción y distribución de sustancias letales (en Estados Unidos) es plenamente impensable. El hecho de que la justificación para los programas antinarcóticos en el extranjero es aceptado como plausible, hasta considerado como algo que vale la pena discutir, es otra ilustración de las profundas raíces de la mentalidad imperial en la cultura occidental.

martes, 5 de julio de 2011

Sobre la crisis

¿Crisis terminal del capitalismo?
Leonardo Boff | ALAI AMLATINA

Vengo sosteniendo que la crisis actual del capitalismo es más que coyuntural y estructural. Es terminal. ¿Ha llegado el final del genio del capitalismo para adaptarse siempre a cualquier circunstancia?. Soy consciente de que pocas personas sostienen esta tesis. Dos razones, sin embargo, me llevan a esta interpretación .
La primera es la siguiente: la crisis es terminal porque todos nosotros, pero particularmente el capitalismo, nos hemos saltado los límites de la Tierra. Hemos ocupado, depredando, todo el planeta, deshaciendo su sutil equilibrio y agotando sus bienes y servicios hasta el punto de que no consigue reponer por su cuenta lo que le han secuestrado. Ya a mediados del siglo XIX Karl Marx escribía proféticamente que la tendencia del capital iba en dirección a destruir sus dos fuentes de riqueza y de reproducción: la naturaleza y el trabajo. Es lo que está ocurriendo.

La naturaleza efectivamente se encuentra sometida a un gran estrés, como nunca antes lo estuvo, por lo menos en el último siglo, sin contar las 15 grandes diezmaciones que conoció a lo largo de su historia de más de cuatro mil millones de años. Los fenómenos extremos verificables en todas las regiones y los cambios climáticos, que tienden a un calentamiento global creciente, hablan a favor de la tesis de Marx. ¿Sin naturaleza cómo va a reproducirse el capitalismo? Ha dado con un límite insuperable.

Él capitalismo precariza o prescinde del trabajo. Existe gran desarrollo sin trabajo. El aparato productivo informatizado y robotizado produce más y mejor, con casi ningún trabajo. La consecuencia directa es el desempleo estructural.

Millones de personas no van a ingresar nunca jamás en el mundo del trabajo, ni siquiera como ejército de reserva. El trabajo, de depender del capital, ha pasado a prescindir de él. En España el desempleo alcanza al 20% de la población general, y al 40% de los jóvenes. En Portugal al 12% del país, y al 30% entre los jóvenes. Esto significa una grave crisis social, como la que asola en este momento a Grecia. Se sacrifica a toda la sociedad en nombre de una economía, hecha no para atender las demandas humanas sino para pagar la deuda con los bancos y con el sistema financiero. Marx tiene razón: el trabajo explotado ya no es fuente de riqueza. Lo es la máquina.

La segunda razón está ligada a la crisis humanitaria que el capitalismo está generando. Antes estaba limitada a los países periféricos. Hoy es global y ha alcanzado a los países centrales. No se puede resolver la cuestión económica desmontando la sociedad. Las víctimas, entrelazas por nuevas avenidas de comunicación, resisten, se rebelan y amenazan el orden vigente. Cada vez más personas, especialmente jóvenes, no aceptan la lógica perversa de la economía política capitalista: la dictadura de las finanzas que, vía mercado, somete los Estados a sus intereses, y el rentabilismo de los capitales especulativos que circulan de unas bolsas a otras obteniendo ganancias sin producir absolutamente nada a no ser más dinero para sus rentistas.

Fue el capital mismo el que creó el veneno es el que lo puede matar: al exigir a los trabajadores una formación técnica cada vez mejor para estar a la altura del crecimiento acelerado y de la mayor competitividad, creó involuntariamente personas que piensan. Éstas, lentamente van descubriendo la perversidad del sistema que despelleja a las personas en nombre de una acumulación meramente material, que se muestra sin corazón al exigir más y más eficiencia, hasta el punto de llevar a los trabajadores a un estrés profundo, a la desesperación, y en algunos casos, al suicidio, como ocurre en varios países, y también en Brasil.

Las calles de varios países europeos y árabes, los “indignados” que llenan las plazas de España y de Grecia son expresión de una rebelión contra el sistema político vigente a remolque del mercado y de la lógica del capital. Los jóvenes españoles gritan: «no es una crisis, es un robo». Los ladrones están afincados en Wall Street, en el FMI y en el Banco Central Europeo, es decir, son los sumos sacerdotes del capital globalizado y explotador.

Al agravarse la crisis crecerán en todo el mundo las multitudes que no aguanten más las consecuencias de la superexplotación de sus vidas y de la vida de la Tierra y se rebelen contra este sistema económico que ahora agoniza, no por envejecimiento, sino por la fuerza del veneno y de las contradicciones que ha creado, castigando a la Madre Tierra y afligiendo la vida de sus hijos e hijas.

- por: Leonardo Boff, Teólogo / Filósofo y autor de "Proteger a Terra-cuidar da vida: como evitar o fim do mund", Record 2010.

Fuente: http://www.servicioskoinonia.org/boff/articulo.php?num=441

viernes, 1 de julio de 2011

Flotilla pacífica hacia Gaza

Entrevista al escritor Santiago Alba Rico
"La Flotilla es la marina pacífica de ese otro país global, democrático y justo, que se está construyendo en todas partes"

Ramón Pedregal Casanova
Rebelión


El caso de Santiago Alba Rico, filósofo, escritor, traductor, guionista, autor de teatro, es el de un intelectual comprometido con los pueblos en lucha. Para quien no le conozca un dato como el que forme parte de la Flotilla por la Libertad de Gaza ya puede representar un elemento por medio del cual hacerse una idea de a quien se une como intelectual y como ser humano. Otras personas habrán leído artículos o libros suyos, no me resisto a mencionar algunos de estos últimos aquí: “Dejar de pensar”, “Volver a pensar”, “Las reglas del caos”, “El Islam jacobino”,”Leer con niños”, “Capitalismo y nihilismo”, y los dos últimos publicados, “Noticias”, en Editorial Caballo de Troya, y, “Túnez, la revolución”, en Editorial Hiru; ahora pueden sumergirse ustedes, y les invito a ello, en sus palabras de respuesta, hace tan solo unas horas, a las preguntas que le hicimos antes de que como tripulante del Gernika partiese para Gaza.

Santiago, ¿cómo ves la situación internacional? ¿se puede decir que los gobiernos occidentales apoyan al sionismo mientras los pueblos apoyan al pueblo de Gaza y al pueblo palestino? Si los sionistas, que incumplen todas las resoluciones de la ONU y rompen todo el Derecho Internacional, atacan a la Flotilla ¿qué puede ocurrir en los países occidentales, que vive bajo la crisis capitalista y con aire democrático ante un nuevo crimen como el del año pasado?

La segunda flotilla zarpará en condiciones muy distintas a las del año pasado, y estas nuevas condiciones tienen que ver, sin duda, con lo que ocurrió el año pasado, pero también con el nuevo contexto internacional. Las revoluciones en el mundo árabe y el descontento popular en Europa, sacudidas sísmicas inscritas en la misma falla tectónica del capitalismo global, hacen pensar que Israel tratará de “contenerse”, como le ha pedido nuestra ministra Jiménez. El asunto es que estamos hablando de Israel, el único Estado del mundo sobre el que ningún país -ni siquiera EEUU- puede ejercer ninguna presión; es, por así decirlo, una fuerza autista que, contra la pared, decidirá siempre desde dentro, con arreglo a impulsos ideológicos inmanentes y probablemente en el último momento. No hay ninguna dictadura en el mundo que se someta menos a presiones externas ni que sea más impermeable a la diplomacia. Su nerviosismo es notorio. De momento está tratando de impedir por todos los medios que salgamos: a través de presiones sobre Turquía, Europa y Estados Unidos (Israel sí puede ejercer eficazmente presiones), pero también a través de la amenaza y el sabotaje. De momento han conseguido bloquear dos barcos y dejar otro fuera de juego y hay que contar con que seguirá intentándolo por todas las vías. Una vez en el agua, se barajan varios posibles escenarios, entre ellos, como el más probable, el asalto y secuestro de barco y pasajeros con un grado de violencia que se decidirá -imagino- en el último momento, y por supuesto con independencia de nuestra actitud, que será enteramente pacífica. En este marco, el hecho de que la Flotilla esté apoyada por todos los pueblos del mundo, aparte de constituir la única protección para los que viajaremos en el Gernika, sirve también para dejar cada vez más clara la fractura entre democracia y gobierno y la humillante dejación de soberanía de nuestros Estados, que desprecian la voluntad de las mayorías en favor de Israel (o de las instituciones financieras del capitalismo internacional).

A estas horas los sionistas estarán mirando los mapas, pero también los grupos de apoyo a Rumbo a Gaza en todo el Estado español están pendientes de los acontecimientos; para empezar en la Puerta del Sol de Madrid quedará instalado un centro de información con la colaboración del 15 M; tu que has estado en contacto directo con otros tripulantes ¿qué impresión tienes de lo que ocurre más allá del Estado español?

A la espera de reunirme con los demás compañeros en el barco, mi contacto con los miembros de la Flotilla que se encuentran en Atenas -del Estado español o de otros países- no hace sino reforzar mi convencimiento de que Israel no podrá impedir que salgan una y otra vez Flotillas en dirección a Gaza, y que todas sus presiones y sabotajes no harán sino alimentar la obstinación de un movimiento, este año mayoritariamente occidental, que ha comprendido la responsabilidad de Europa y EEUU en el sufrimiento de otros pueblos y está dispuesto a sustituir a sus gobiernos como garante de los derechos humanos y de la legislación internacional en Palestina y en el mundo. La Flotilla es -digamos- la marina pacífica de ese otro país global, democrático y justo, que se está construyendo en el mundo árabe, en España, en Grecia, en todos los rincones del planeta. Por eso la Flotilla no está compuesta de unos cuantos barcos; la Flotilla es inmensa, está en tierra, en todas partes; en estos barcos viajan cientos de miles de personas, millones de personas. En estos barcos viajan todas las personas que soplan desde tierra para que el viento nos lleve hasta Gaza. Que los gobiernos comprendan que la mayor parte de los pasajeros de la Flotilla no están en los barcos sino en tierra es nuestro más poderoso instrumento de presión. No podemos presionar directamente sobre Israel, pero sí podemos hacerlo sobre nuestros gobiernos en un momento en el que su credibilidad y legitimidad están seriamente mermadas. Los pasajeros del Gernika confiamos plenamente en nuestras poderosísimas fuerzas terrestres; todas las ciudades del mundo han soltado amarras y viajan ya a nuestro lado hacia Gaza. Diez barquitos no pueden resistir el embate de Israel; pero es que nuestros otros barcos, los de tierra firme, son tan poderosos que pueden navegar por las calles y anclar en las plazas e imponer bloqueos morales a los parlamentos y los palacios.

¿Tienes noticias de lo que sucede en Gaza y si esperan la llegada de la Flotilla?

Como sabes, más de cuarenta organizaciones de las sociedad civil palestina han anunciado desde allí su apoyo a la Flotilla y su esperanza de recibirnos. Los gazatíes nos esperan, tenemos una cita y sería una gran descortesía por nuestra parte no acudir. Por lo demás, la Flotilla en sí misma no tiene importancia salvo en la medida en que ilumina lo que ocurre en Gaza. Gaza es la noticia: el bloqueo tantas veces olvidado, la situación sanitaria, económica y social, el dolor y la dignidad de un pueblo cuya sola existencia -con independencia de lo que haga- es un obstáculo para israel. En intención, la política de Israel convierte a los palestinos en el objeto de un “holocausto”, en su sentido etimológico original: el de un sacrificio en el que todos son potencialmente las víctimas. El caso de Gaza es ejemplar: la aplicación de un castigo colectivo que incluye ancianos, enfermos y niños.

Como buen conocedor de la situación en los países árabes ¿nos puedes decir algo con respecto a lo que sucede en ellos en estos momentos y si los pueblos tienen la vista puesta en la Flotilla y en cómo se puede romper el cerco de los sionistas a Gaza?

Las revoluciones árabes continúan de Mauritania a Bahrein, con avances y retrocesos desiguales y con la posibilidad de que la intervención selectiva de las potencias occidentales las haga descarrilar o entrar en una vía muerta. Pero lo cierto es que los pueblos árabes han tomado la palabra y al hacerlo han puesto en dificultades a todos los actores de la zona, que preferían el equilibrio pugnaz ya conocido que este inesperado “desorden” democrático. En este sentido, Israel tiene muchos motivos para estar preocupado. Como recuerda el analista israelí Ben Kasbit, todos los cambios que en la zona lleven a un aumento de la democracia ponen en peligro la existencia de Israel, al menos en su concepción colonial-sionista, pues si algo comparten las poblaciones árabes es su justa animosidad frente al Estado hebreo que masacra a los palestinos. De hecho, las dictaduras árabes que ahora están tratando de derrocar los pueblos funcionaban también como escudos de protección de Israel frente a la voluntad mayoritaria de los ciudadanos. Si los árabes logran expresarse democráticamente pedirán enseguida -como ya ocurre en Egipto y en Túnez- la revisión de las relaciones con Israel y la adopción de medidas orientadas a una solidaridad real con Palestina. En esto están de acuerdo todas las fuerzas políticas, ya sean de izquierdas o islamistas. Los cambios de gobierno en la zona, incluso si al final no llegaran tan lejos como nos gustaría, han cambiado ya de hecho la región, obligando a EEUU a modificar sus alianzas e incluso a chocar por primera vez con Israel. Y ha cambiado también la región porque ha redignificado y unificado el mundo árabe al margen de la religión y para vincularlo inmediatamente a un movimiento global o, al menos, mediterráneo que nos obliga a repensar todos nuestros parámetros de interpretación. El mundo árabe vuelve al centro de la historia y no hay que olvidar que el centro simbólico del mundo árabe es Palestina. El centro de la historia es ahora Palestina. Y por eso -como dejan bien claro los medios árabes más importantes, incluso en medio de las convulsiones de Siria, Libia y Yemen- la Flotilla ocupa un lugar importante en la atención del mundo árabe.

¿Quieres decir algo más?

Darte las gracias por tu apoyo solidario a la iniciativa e insistir una vez más en que sólo los levantamientos de los pueblos frente a las dictaduras -personales o estructurales- puede garantizar los derechos del pueblo palestino y de todos los pueblos del mundo.