(Un artículo de mi amiga Karla Lara, cantora hondureña)
Karla Lara & Hibriduz de gira por ningún lugar
Llegar a otro país implica el reto de enfrentarse a otro idioma, a otras costumbres. Además, hasta donde las construcciones de mis ingenuos imaginarios alcanzaban, el norte era como la canción “Ligia Elena” de Rubén Blades: “pelo rubio, ojos azules, dientes azules y… billetera verde”. Claro que suficiente información circula en el mundo para darnos cuenta que ése era el cuento de cuando éramos “chiquitas”, y que como todos los cuentos, tenía historias mágicas, mentiras piadosas, moralejas forzadas, y sobre todo, el propósito “maquiavélico” de quienes orquestan el mundo y su decadente sistema, para que nos ilusionara desde el Tío Mac Pato y su derroche, hasta esos personajes “heroicos”.
Gringos musculosos que pasaban gloriosos entre sudores y una bandera norteamericana estropeada por el fuego, peleando contra soviets primero, y después -cuando creyeron que los enemigos terrícolas se habían ido tras la caída del muro- empezaron a luchar, pero sobre todo a “vencer” en torcidas invasiones de marcianos el mundo que ya ellos habían destruido con su capa de ozono y su plástico en todo y para todo. Cuando tuvieron que comenzar a tocar sus reservas de petróleo, en buena parte para iluminar artificial y obscenamente sus días y sus noches, rápidamente Hollywood produjo otra “muvie” donde se justifica la búsqueda del terror en el Medio Oriente de la tierra -que también ellos han destruido con miles y miles de bombardeos-. Y así seguimos construyendo ídolos que salvan con pelo rubio, ojos azules, dientes azules y… billetera verde.
Igualito que en las películas. Sólo el protagonista es “chele” y claro que siempre “hombre”, o más bien “macho”, bien macho. Pero cuando una viene a este país que queda al norte de América Latina, y una empieza a desmitificar el sueño mágico, logra ver que el resto de sus reales protagonistas del “sueño de la riqueza” tienen el color oscuro de nuestras pieles. Nos damos cuenta que realmente lo que sucede es que los gringos piensan que Estados Unidos es su país, y la gente actúa como si fuese estadounidense, pero la verdad es pura gente del mundo fingiendo ser de un lugar inexistente.
Este país huele a tacos mexicanos, a pupusas salvadoreñas, a baleadas hondureñas, huele a frijoles de Centroamérica. Estados Unidos no es de rayas rojas y estrellas usurpadas sobre fondo azul, sino de todos los colores de los inmigrantes que la hacen. Las calles del comercio, como en Tegucigalpa, son de chinos y de árabes, acá se come el chapsuey que se come en Tegucigalpa, que sólo porque es más barato para comer en familia y en bulto, casi forma parte de la lista de nuestras “comidas típicas”. No es sólo la globalización y que los “Burguerquines” existan y huelan igual en Miami como en Caracas. Es que en Estados Unidos se habla en español, en chino, en árabe, en muchos idiomas y en poco inglés. Para las y los latinoamericanos se comen pupusas o empanadas, se bebe en horchata o en pitahaya, se viste de los colores de muchas gentes, de muchas procedencias del mundo entero. En su majestuosidad, sobrevive la dignidad y la historia de quienes allí emigraron buscando mejor vida.
Lo fuerte, lo realmente fuerte es caminar sus calles y darse cuenta que la muchacha que vendía mango en las calles, y que fue expulsada en aras del ornato de su ciudad natal… que esa muchacha cuando se deshace de lo poco que tiene y se viene al norte, también viene a vender mangos. Y que la que lavaba ajeno en América Latina, viene a que el sistema la prostituya, porque acá en el norte todo el mundo tiene una máquina para esos menesteres. La que soñaba en un mundo mejor y es expulsada por sus ideas, la que soñaba con una vida mejor y es expulsada porque ya no sabe cómo pagar los impuestos de guerra, la que soñaba con un hombre mejor y es expulsada por la violencia de su misma pareja, la que soñaba una educación mejor para sus hijos y es expulsada porque ya no hay educación pública, la que soñaba con que su madre tuviese una vejez digna y es expulsada porque el seguro social le niega asistencia y la jubilación no existe, todas esas mujeres y hombres que se vienen huyendo por muchas situaciones, vienen al país que siempre ha dicho: “acá se resuelve”, y ese país no existe. Sólo hay gentes de todas partes del mundo que lo han forjado, que lo han levantado, que lo pintan todos los días con sus colores, que lo hacen oler a miles de aromas… porque cada quien se trae sus propios olores, sus propios sabores, sus propios dolores, y los pone en una cesta grande donde los gringos piensan y actúan como si Estados Unidos fuese de ellos y la gente sobrevive y sigue trabajando como si Estados Unidos fuese un lugar que existiera.
Es cierto. Estados Unidos no existe. Pero sus poderes, su maquinaria de guerra, su industria de la muerte, sus invasiones, sus agencias de inteligencia, sus fábricas de consumismo, su cuarta flota, sus radares, sus empresas, sus asesores en golpes de estados… que los hay… los hay.
Hola maestro Vicente y amigos todos.
ResponderEliminarMientras leía esta nota, sonaban en mi mente los versos de Mario Benedetti.
Gracias!
El sur también existe
Mario Benedetti
Con su ritual de acero
sus grandes chimeneas
sus sabios clandestinos
su canto de sirenas
sus cielos de neón
sus ventanas navideñas
su culto a dios padre
y de las charreteras
con sus llaves del reino
el norte es el que ordena
pero aquí abajo abajo
el hambre disponible
recorre el fruto amargo
de lo que otros deciden
mientras que el tiempo pasa
y pasan los desfiles
y se hacen otras cosas
que el norte no prohíbe
con su esperanza dura
el sur también existe
con sus predicadores
sus gases que envenenan
su escuela de chicago
sus dueños de la tierra
con sus trapos de lujo
y su pobre osamenta
sus defensas gastadas
sus gastos de defensa
son su gesta invasora
el norte es el que ordena
pero aquí abajo abajo
cada uno en su escondite
hay hombres y mujeres
que saben a qué asirse
aprovechando el sol
y también los eclipses
apartando lo inútil
y usando lo que sirve
con su fe veterana
el sur también existe
con su corno francés
y su academia sueca
su salsa americana
y sus llaves inglesas
con todos sus misiles
y sus enciclopedias
su guerra de galaxias
y su saña opulenta
con todos sus laureles
el norte es el que ordena
pero aquí abajo abajo
cerca de las raíces
es donde la memoria
ningún recuerdo omite
y hay quienes se desmueren
y hay quienes se desviven
y así entre todos logran
lo que era un imposible
que todo el mundo sepa
que el sur también existe
Un abrazo
Buen artículo Vicente.... un besito...y gracias por la foto y el detalle de aparecer en medio de todas aquellas locas y lindas mujeres.....
ResponderEliminar"Estados Unidos no existe. Pero sus poderes, su maquinaria de guerra, su industria de la muerte, sus invasiones, sus agencias de inteligencia, sus fábricas de consumismo, su cuarta flota, sus radares, sus empresas, sus asesores en golpes de estados… que los hay… los hay."
ResponderEliminarExcelente para cerrar, Gracias por compartir Maestro.